jueves, 5 de octubre de 2023
Reseña del Libro Alirio, por Cécil Álvarez
martes, 11 de mayo de 2021
La Comunicación en las Organizaciones como Sistemas abiertos
domingo, 2 de mayo de 2021
martes, 27 de octubre de 2020
¿Por qué es Necesario el Liderazgo Inspirador?
Fausto Izcaray, Ph.D.
Muchas empresas confían en la cultura “corta cuellos” y “no tomamos prisioneros” – no hay tiempo para ser agradables. Pero los costos en el tiempo están empezando a mostrarse: permisos por enfermedad, desconectarse y desacoplarse en el trabajo y la falta de lealtad y compromiso con los objetivos de la organización. Los investigadores Emma Seppala y Kim Cameron, en un artículo publicado en Harvard Business Review reciente[1], demuestran cómo cada una de estas áreas es dañinas para la productividad en el tiempo.
Las investigaciones señalan que, en las empresas de alta presión – porque creen que bajo estrés los empleados se desempeñan mejor y trabajan más – el gasto en salud es 50% más alto que en otras organizaciones. Más aún, la American Psychological Association estima que más 500 billones de dólares son extraídos de la economía americana por causa del estrés en el trabajo y 550 millones de horas se pierden cada año debido al estrés en el trabajo. El 60% del 80% de los accidentes de trabajo también son atribuidos al estrés y más del 80% de las citas médicas son por estrés. Trastornos como síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y mortalidad son debidas a la misma causa.
“El bienestar viene de un lugar y sólo de un lugar: una cultura positiva”. Los autores sugieren 4 formas –probadas en investigaciones – para que los jefes creen una cultura más positiva en el trabajo: promover las conexiones sociales, demuestre empatía, esfuércese en demostrar que ayuda, motive a su gente para que le diga las cosas.
Ser empático es clave para promover una cultura positiva de trabajo y para mantener la resiliencia cuando el trabajo se pone estresante. “Como jefe, usted tiene un tremendo impacto sobre cómo se sienten sus empleados”, escriben Seppäla y Cameron. “Un estudio de imagen cerebral encontró que cuando los empleados recuerdan a un jefe que fue grosero o falto de empatía, mostraron un incremento en la activación de áreas asociadas con la evitación y las emociones negativas mientras que lo contrario fue real cuando recordaron a un jefe empático”.
¿QUÉ RESULTADOS PRODUCE ESTO?
Un estudio de Gallup, realizado en 142 países del mundo, señala que sólo 13% se siente comprometido con su trabajo y la organización en la laboran. El estudio muestra que “La gran mayoría de los empleados mundialmente – el 63%- están no comprometidos, lo que significa que es menos probable que ellos inviertan un mayor esfuerzo discrecional en el logro de las metas y de los resultados organizacionales. Y 24% están activamente no-comprometidos, indicando que están descontentos e improductivos en su trabajo y están propensos a difundir negatividad a sus compañeros de trabajo.”[2]
Estos índices, entre otros hallazgos de muchas investigaciones recientes, muestran la verdadera cara del liderazgo disonante, el que muchos jefes usan por defecto, son una prueba de las inmensas pérdidas – no detectadas e ignoradas- que producen los ambientes negativos en las empresas. El mundo empresarial está tomando conciencia de esto y toma medidas al respecto. Ejemplo de ello son las numerosas corporaciones que están contratando programas de mindfulness o atención plena, para que sus líderes cambien el manejo de sus emociones y eviten su propio estrés y el de sus subordinados.
La ciencia les apoya en esa orientación
Hay suficiente evidencia de investigaciones realizadas por diversas universidades que señalan las posibilidades ciertas de que los jefes pueden cambiar su rasgos, temperamentos o tendencias de la personalidad con este tipo de programas. El Dr. Richard Davidson, director del Center for Healthy Minds de la Universidad de Wisconsin, Madison USA afirma que una de las más importantes conclusiones que se pueden obtener con las recientes investigaciones es que, al contrario de lo que la neurociencia sostenía que los cerebros eran fijos en forma y funciones obedeciendo a la genética, hoy en día sabemos que esta imagen del cerebro estático es errada. Nuestros cerebros tienen una propiedad llamada neuroplasticidad, la habilidad de cambiar su forma y funciones en modos significativos[3]. Esto incluye cambios generados desde nuestros propios pensamientos e intenciones y de cambios de hábitos. Por medio del adiestramiento mental podemos modificar no sólo nuestros patrones de actividad cerebral sino la propia estructura del cerebro de forma que cambie tu patrón emocional[4].
Una forma eficiente de hacerlo es practicar las técnicas de la atención plena, cada día.
RESULTADOS DE LA ATENCIÓN PLENA
Las áreas del cerebro relacionadas con el control de las emociones y el bienestar aumentan de grosor y las hormonas del bienestar predominan en las personas que practican la atención plena (mindfulness). Y esos resultados se pueden lograr con tan solo 3 semanas seguidas de practicar entre 15 y 30 minutos por día los ejercicios de mindfulness.
Lo que dice uno de sus creadores:
“En este proceso de aprendizaje asumimos desde el principio que, mientras respiremos, hay más de bueno en nosotros que de malo, y eso por muy enfermos o desesperados que nos sintamos. Sin embargo, si esperamos movilizar nuestras capacidades interiores de crecimiento y sanación y nos hacemos cargo de nuestra vida en un plano diferente, se necesitará que invirtamos algún tipo de esfuerzo y de energía por nuestra parte.
El estrés de nuestras vidas es ya tan grande e insidioso que, cada vez con mayor frecuencia, la gente trata de entenderlo mejor y someterlo a su control personal. Se da cuenta de que es inútil esperar que algún otro mejore las cosas para ella. Ese compromiso personal adquiere mucha mayor importancia si sufrimos una enfermedad o una incapacidad crónica que añada más estrés a nuestra vida además del causado por las presiones cotidianas.” Dr. Jon Kabat-Zinn, profesor Emérito, fundador del programa Mindfulness Based Stress Reduction,- MBSR, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachussets, USA.
[1] https://hbr.org/2015/12/proof-that-positive-work-cultures-are-more-productive
[2] Gallup, October 8, 2013, State of the Global Workplace.
[3] https://centerhealthyminds.org/science/publications/books/the-emotional-life-of-your-brain
[4] Richard J. Davidson, Ph.D. and Sharon Begley The Emotional Life of Your Brain. Penguin Group USA
La Auto-compasión y nuestras Voces Críticas
Fausto Izcaray, Ph.D[1].
En un libro de Kristin Neff[2] acabo de leer una magnífica descripción de nuestras voces internas (sub yoes) críticas, y es un breve párrafo del gran poeta T.S. Elliot:
¿Quién es este yo dentro de nosotros, este observador silente, severo y mudo crítico, quien nos puede aterrorizar y nos urge a actividades fútiles y, al final, nos juzga aún más severamente por los errores a los cuales sus propios reproches nos condujeron? T. Elliot. The Elder Stateman
Esa es la voz que atormenta y no nos deja avanzar y enfocarnos en nuestros objetivos, porque siempre nos va a criticar y a comparar con las súper mujeres o súper hombres que, para los parámetros de esta sociedad agobiante por sus ingentes demandas de triunfar, o trabajos que, con “jefes tóxicos” exigen, exigen y culpabilizan al menor asomo de debilidad por los subalternos. Al fin y al cabo, ellos se nutren del estrés que crean en sus empleados, como vampiros tóxicos que no los afecta la presión ni el estrés que causan en los demás.
Nosotros también llevamos internamente ese “alguien” que con su cotilleo crítico interno debilita nuestras energías y sabotea nuestros esfuerzos por lograr ensamblar y alinear nuestros esfuerzos por lograr nuestros objetivos y nuestros sueños. Para contrarrestar este círculo vicioso necesitamos desarrollar un sentido de auto compasión. Y sustituir esa voz crítica y debilitante por otro yo auto compasivo que sea nuestro amigo o amiga, incondicional.
La compasión no es lástima. En realidad, se trata de mostrar amabilidad y empatía y bondad con nosotros mismos. Un amigo interno que tiene fe en nuestras capacidades, por la compasión es un sentimiento humano que se manifiesta desde el contacto y la comprensión del sentimiento del otro. Si creamos esa voz amiga en nuestro interior con esas cualidades compasivas, nos llenamos de confianza en nuestras capacidades para aprender, cambiar, diseñar y trabajar confiados en el futuro que queremos.
Un buen coach puede ayudar al coachee a desarrollar ese yo interior auto compasivo, que te fortalece y te potencia.
#autoconcepto #autoimagen #coachingdevida #liderazgoinspirador
[1] El autor, Periodista, egresado de la UCV, Caracas, obtuvo su Ph.D. en la Universidad de Wisconsin-Madison, es Master Practitioner y Trainer en PNL por el afamado instituto NLP Comprehensive, y Practitioner en Neuro Semántica, por la American Society of Neuro Semantics. Es un Coach Integral de líderes altos y medios en, organizaciones. De nacionalidad española. Actualmente vive en Madrid.
[2] Neff, Kristin (2011) Self Compassion (p. 18). Hodder & Stoughton. Edición de Kindle.
viernes, 28 de noviembre de 2014
EL LIDERAZGO Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Por Fausto Izcaray, Ph.D.
domingo, 9 de junio de 2013
La Inteligencia Emocional y La Programación Neuro Lingüística
por: Fausto Izcaray, Ph.D. [1]
EL CONCEPTO DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
Uno de los conceptos o constructos teóricos más elusivos en la psicología ha sido el de la Inteligencia, término que ha servido para catalogar una serie de habilidades cognoscitivas y de razonamiento de las personas. En el ámbito educativo se ha usado el término para comparar las habilidades de estudiantes que logran un desempeño superior o inferior a un promedio de un grupo. Así, se afirma que Pedro tiene un IQ (Intelligence Quotient en inglés; coeficiente intelectual -CI- o de inteligencia, medido por un test de habilidades verbales y de razonamiento) superior al promedio de la clase. O se dice que Marcos tiene un CI menor que ese promedio. Por ello, operacionalmente se usa como una escala para comparar niveles, o sea que lleva implícita una comparación o, dicho con otras palabras, es un concepto comparativo o relativo.
La Inteligencia, entendida en términos tradicionales se refiere, entonces, a la presencia o ausencia relativa de un conjunto de habilidades en una persona y en la mayoría de los textos encontramos que los tests mas conocidos incluyen medidas de razonamiento lógico, orientación espacial, habilidades de análisis, habilidades de lenguaje, habilidades numéricas, etc. También se considera inteligencia la capacidad de responder ante situaciones y estímulos como lo hace un 65% a un 70% de la población en pruebas estandarizadas[2].
Uno de los componentes implícitos en el concepto de inteligencia está dado por la capacidad de analizar y resolver problemas en un sentido muy amplio del término.
Autores contemporáneos proponen una gama de inteligencias que pueden explicar las conductas de las personas. Gardner (1985) propone las siguientes inteligencias: Lingüística que se relaciona con nuestra habilidad verbal y de manejo del lenguaje. Lógica: abarca nuestra habilidad para pensar en objetos y conceptos abstractos y para organizar el pensamiento en pautas. Musical: se refiere a nuestro oído musical y nuestra capacidad para seguir ritmos. Visual-Espacial: capacidad para integrar elementos y ordenarlos en el espacio. Kinestésica: se refiere a todo tipo de movimiento corporal y de los reflejos. Interpersonal: es nuestra capacidad para establecer relaciones positivas y productivas con otras personas. Intrapersonal: es el área de nuestro dominio personal, la introspección y el conocimiento de uno mismo, incluyendo la capacidad de automotivarse. En su magnífico texto sobre el tema Merlevede, Bridoux y Vandamme (2001) proponen tres etapas para resolver un problema.
1. La capacidad de describir el problema en forma adecuada. Obtener datos en forma general para tener una visión global del mismo (habilidades que aprendemos en la escuela básica).
2. Buscar soluciones al problema. Buscar un esquema conceptual o proposición teórica para solucionarlo.
3. Actuar y solucionarlo. Buscar los medios y recursos y activarlos para aplicar la solución.
Para estos tres autores, los primeros dos pasos pertenecen a la Inteligencia clásica (intelectual o cognoscitiva). Para éstos sólo se necesita razonar con el pensamiento lógico. El tercero, ponerlo en práctica con éxito, se refiere a la Inteligencia Emocional (IE). Para aplicar la solución, en primer lugar, se necesita un nivel de motivación (IE Intrapersonal) para actuar pues con bastante frecuencia hay "pensadores" que "piensan" en soluciones para problemas de sus propias vidas y de otros pero jamás las ponen en práctica. En segundo lugar, con mucha frecuencia otros están involucrados en la solución y para motivarlos a hacer lo apropiado para solucionar el problema necesitamos relacionarnos positivamente con ellos (IE interpersonal).
En este artículo nos enfocaremos en la Inteligencia Emocional en sus dos vertientes: la Intrapersonal, que se refiere a las habilidades del dominio personal, la capacidad de introspección, el autoconocimiento y la autogerencia de nuestros propios estados anímicos y la interpersonal se refiere a nuestras habilidades sociales de relación con los demás en los diferentes ámbitos de nuestras vidas.
Daniel Goleman le dio fama al término Inteligencia emocional. Para Goleman ésta incluye los siguientes patrones de conductas:
CONCIENCIA DE SÍ MISMA (O)
La habilidad de reconocer y comprender tus estados de ánimo, tus emociones y tus tendencias así como sus efectos sobre otras personas. Esto produce las siguientes claves que también son beneficios al líder con IE:
1. Confianza en sí mismo(a)
2. Auto evaluación realista
3. Reírse de sí mismo(a): buen humor y flexibilidad en cosas referidas a su persona frente a la inflexibilidad y neurosis de quien no tiene un nivel adecuado de IE.
AUTO-REGULACIÓN
La habilidad de controlar o redirigir impulsos y estados de ánimo disfuncionales y disruptivos. La propensión de pensar antes de actuar (suspensión de un juicio).
1. Confianza e integridad
2. Comodidad con la ambigüedad
3. Apertura al cambio
MOTIVACIÓN
Pasión por trabajar que va más allá del status o el dinero. Propensión a perseguir metas con energía y persistencia.
1. Fuerte tendencia a lograr cosas (metas, objetivos, sueños, etc.)
2. Optimismo ante los obstáculos
3. Identificación con la organización
EMPATÍA
La habilidad de entender el carácter y la estructura emocional de otras personas. Capacidad para tratar a otras personas de acuerdo con sus reacciones emocionales
1. Experticia en promover y retener al talento 2. Sensibilidad sociocultural 3. Servicio de calidad a clientes
HABILIDAD SOCIAL
Capacidad de manejar relaciones y de crear cadenas de relaciones útiles. Habilidad de encontrar terrenos comunes para crear rapport.
1. Eficiencia en el liderazgo de los cambios 2. Persuasión 3. Capacidad para construir equipos y para liderizarlos
Si aplicamos los criterios de Merlevede y sus colegas podemos incluir las tres primeras categorías de Goleman - CONCIENCIA DE SÍ MISMA (O), AUTO-REGULACIÓN y MOTIVACIÓN- en la clase de IE Intrapersonal. Las restantes dos - EMPATÍA y HABILIDAD SOCIAL - las podemos incluir en la IE Interpersonal.
GRÁFICO 1: COMPARACIÓN DE INTELIGENCIAS EMOCIONALES
Para entender el concepto de Inteligencia Emocional desde el punto de vista de la PNL es recomendable ver el gráfico 2. Es un diagrama de cómo se forma el "mapa mental" de la persona, vale decir, los componentes de la poca a mucha Inteligencia Emocional que vaya obteniendo en proceso de desarrollo como ser humano. Nosotros exploramos el "territorio" (contexto social, espacial y temporal en donde actuamos desde nuestro nacimiento) y nos formamos nuestro mapa para seguir actuando ante situaciones futuras. Ese mapa pasa por los filtros de la percepción. Entre los primeros filtros están nuestros 5 sentidos que en la PNL son los sistemas de representación (Visual, Auditivo, Kinestésico, Olfativo y Gustativo = VAKOG). Luego están los filtros "naturales" de nuestra forma de procesar mentalmente: los tres mecanismos de la generalización, la distorsión y la eliminación. Generalizamos: de algunas experiencias llegamos a conclusiones generales. Distorsionamos: pensamos e imaginamos cosas diferentes a la realidad para crear y modificar a esa realidad. Y eliminamos para resumir.
GRÁFICO 2: EL MAPA NO ES EL TERRITORIO.
Luego están otros filtros: nuestros valores, nuestro sistema de creencias, los meta-programas, el lenguaje, nuestras propias memorias ( no es lo mismo alguien criado en Venezuela que una persona criada en Japón); y la manera cómo codificamos esas memorias en el tiempo: nuestra línea del tiempo. Esas influencias definen nuestro mapa mental y nuestra Inteligencia Emocional. En un segundo artículo ahondaremos en estos conceptos y las técnicas de la PNL para fortalecer nuestro coeficiente de IE.
A continuación les presentamos una adaptación de las presuposiciones de la PNL al área de la Inteligencia Emocional.
PRESUPOSICIONES DE LA PNL CENTRALES PARA LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.
1
El mapa no es el territorio.
La gente actúa desde su propio mapa. No desde el territorio.
Mapas diferentes de un mismo territorio producen diferentes estados y conductas.
Las palabras que usamos no son el territorio, ni ltllt
los eventos que ellas representan.
2
No podemos no operar sistémicamente.
Mente y cuerpo son un sistema holístico. El modelo dualístico que los separó no es muy útil. Cada evento mental afecta al cuerpo y viceversa.
Somos una totalidad (uno) y somos partes de otra totalidad mayor.
No hay fracaso en la comunicación, sólo feedback de resultados.
3
Toda conducta tiene intención positiva para quien la ejerce.
Toda conducta es útil en algún contexto.
Toda conducta es el producto de un sistema de creencias y marcos de referencia conscientes y inconscientes.
4
Nuestra mente funciona como un sistema de niveles.
Los niveles de pensamientos más altos influencian a los niveles más bajos en la jerarquía.
Los marcos de referencias más elevados incluyen a los estados primarios.
5
Persona y conducta son fenómenos diferentes.
Podemos apreciar la esencia de un ser humano y estar en desacuerdo con sus conductas.
Las conductas de una persona no son esa persona.
Las conductas de una persona son el producto de su aprendizaje incluyendo sus sistema de creencias y valores.
6
No hay personas sin recursos sino estados sin recursos.
La gente tiene todos los recursos internos que necesita para cambiar.
Los estados actuales son el producto de aprendizaje y pueden ser cambiados.
Sólo podemos aprender.
7
No hay personas sin recursos sino estados sin recursos.
La gente tiene todos los recursos internos que necesita para cambiar.
Los estados actuales son el producto de aprendizaje y pueden ser cambiados.
Sólo podemos aprender.
[1]El autor es Doctor en las áreas de Psicología Social y Comunicación. Obtuvo su adiestramiento como Master Practitioner y Trainer's Training en PNL de NLP Comprehensive, Colorado, USA. Es Practitioner en Neuro-Semántica certificado por la Society of Neuro-Semantics, USA. También es Analista Transaccional Avanzado, certificado por la ALAT (Asociación Latinoamericana de AT).
[2]English y English (1977) Diccionario de Psicología y Psicoanálisis. Buenos Aires: Ed. Paidós.
[3]H. Gardner (1985) Frames of Mind. The Theory of Multiple Intelligences. NY: Basic Books.
[4] Elaine de Beauport (1994). En Las Tres Caras de la Mente, sostiene que tenemos tres sistemas en nuestros cerebros, el Neocortical o corteza cerebral, el Límbico y el Reptiliano y 10 tipos de inteligencias, repartidas en esos tres sistemas cerebrales.
[5]Patrick E. Merlevede, Denis Bridoux y Rudy Vandamme (2001) 7 Steps to Emotional Intelligence. Bancyfelin, Cfarmarthen, UK: Crown Publishing House.
[6]Daniel Goleman (1996) La Inteligencia Emocional. Buenos Aires: Javier Vergara Editor. (1998) Working with Emotional Intelligence. New York: Bantam. En español: La Inteligencia Emocional en el Trabajo. (1998) What Makes a Leader? Harvard Business Review. November-December, Pp.93- 102.
Fausto Izcaray Ph. D.