EL LIDERAZGO Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Por
Fausto Izcaray, Ph.D.[1]
La emocionalidad y
conductas del líder, a cualquier nivel de una organización, impactan y definen
las emociones y comportamiento de los demás. Un jefe malhumorado, despiadado e inflexible crea una organización tóxica,
llena de personas angustiadas, temerosas o resentidas, que sólo producen resultados
mediocres y desperdician las oportunidades de mejorar en su desempeño y en su
carrera, las cuales se presentan cada día.[2]
Como lo afirman
Goleman, Boyatzis y Mackee, un líder que sabe alinearse con su gente y cuyas
palabras resuenan positivamente en ellos,
produce seguidores para quienes cualquier reto o desafío es superable. Al
final, es una cadena que desemboca en dividendos o pérdidas.
El nivel de
inteligencia emocional del líder, si es alto, produce un clima laboral en donde el compartir información de trabajo,
la confianza, la coordinación de tareas, una
saludable toma de riesgos y el aprendizaje florecen.
Cuando los empleados y
trabajadores viven tensos y temerosos pueden ser productivos a corto plazo, y
sus organizaciones pueden lograr buenos resultados que, lamentablemente no
duran en el tiempo.
En la difusión o
contagio del estado emocional positivo o negativo del líder, son importantes las neuronas
espejo de nuestro cerebro. Se activan cuando una persona[3]
ejecuta una acción y otra la imita sin darse cuenta. El bostezo contagioso es un ejemplo de eso.
Son llamadas las neuronas de la imitación[4]
que actúan como receptoras de gestos, tonos de voz, posición corporal y estados
emocionales. Así, cuando un jefe lideriza negativamente o positivamente,
produce una corriente emocional que, comenzando por las neuronas espejo, se
difunde entre subordinados como la electricidad a través del cableado. Las
neuronas espejo son “copionas”, de manera que el impacto del estado emocional
del jefe contagia, cual epidemia neurológica a sus subordinados y seguidores[5].
Si un líder quiere
lograr una cadena de contagio motivadora, inspiradora y energizante necesita
estar normalmente en un estado optimista, con entusiasmo, en un modo que
transmite “vamos a lograrlo” y ante cualquier problema su actitud debe ser de “esto lo resolvemos” y
“sí podemos”, lema usado por El
presidente Barak Obama en su campaña electoral de 2008 que lo llevó a ser
el primer Presidente negro en los Estados Unidos.
“El líder convence, no
con argumentos racionales sino con argumentos emocionales” positivos como
afirma Boyatzis”.[6]
Las dos formas del liderazgo se pueden
representar gráficamente de acuerdo a
Denton Roberts[7].
Veamos un par de gráficos:
GRÁFICO 1
Roberts explica que una persona maneja una
cierta cantidad de energía vital para lograr sus metas en un día cualquiera.
También para alcanzar sus metas en la vida. Y esa energía se puede usar para la
espiral negativa siendo un líder disonante,
causante de estrés y de temor o para la espiral positiva, actuando como líder
que logra que sus subordinados resuenen con su visión y metas con
entusiasmo y confianza. Ambas espirales
o circuitos producen resultados diferentes, los cuales se puede ver en el
siguiente gráfico 2.
En la espiral negativa
el líder disonante actúa amenazando, lo
que produce conexiones negativas con su gente. Es el viejo paradigma de la
psicología: acercarse a lo agradable o apartarse del dolor. Observe que la cadena al final del ejercicio
del poder con el estilo disonante lleva al conflicto lo que hace peligrar las
metas. Si tienes un jefe que te recrimina todo el tiempo no vas a sentir
conexiones agradables con él o ella. Si quieres darle una información, ya vas
receloso de la reacción irritada y de la crítica que vas a recibir,
probablemente descalificando tu labor. En un proceso de comunicación en el que
esperas un regaño la comunicación tiende a ser confusa, no es abierta y clara.
Quizás el siguiente paso es actividad destructiva o errática o deficiente.
Denton describe el método de la espiral desempoderadora del líder disonante: 1) Culpar, 2) Ridiculizar, 3) Humillar, 4)
Crear expectativas irreales, y 5)
Excluir, es decir, no hacerte sentir partícipe de las decisiones sobre tu
tarea.
Este circuito produce
estrés en los subordinados. Ya se sabe que en estrés el organismo produce altos
niveles de adrenalina y cortisol que afectan la capacidad de razonamiento y
cognición. Esto disminuye la habilidad para enfocarse en el problema y sus
soluciones. Cuando el jefe regaña y descalifica la persona centra su atención
en la amenaza del jefe y no en la solución del problema.
La espiral positiva, por el contrario, tiene el
siguiente método: 1) Aceptar (a la persona), 2) Comprender, 3) Elogiar[8],
4) Crear expectativas realistas, 5) Incluir a tu gente, hacerle sentir que
participa en decisiones sobre su trabajo.
La Inteligencia Emocional (IE), de acuerdo numerosos estudios en diferentes
países, es el factor que más impacta los resultados económicos en las
organizaciones. Son los líderes con un alto nivel de IE los que generan el
entusiasmo, que logran que florezcan en sus subordinados lo mejor de ellos y
usan el método de la “espiral positiva” los que cosechan resultados positivos a
corto, mediano y largo plazo. Es la Programación Neuro Lingüística (PNL) la
disciplina con las mejores herramientas para entrar en estados emocionales
positivos y hablar en lenguaje que llega al inconsciente y al corazón de los
seguidores. Así lo explicamos en otro trabajo.[9]
[1] El autor obtuvo su Ph.D. en Comunicación y
Psicología Social en la Universidad de Wisconsin-Madison, USA. Es consultor y
coach de empresas.
[2] Daniel Goleman, Richard E. Boyatzis y Annie McKee (2001) Harvard Business Review, diciembre. https://hbr.org/2001/12/primal-leadership-the-hidden-driver-of-great-performance/ar/1
[3] Los experimentos se han realizado con
chimpancés
y seres humanos.
[4] Usadas en la PNL[4],
Programación Neuro Lingüística en el
proceso de rapport o Acompasamiento con otras personas.
[5] Goleman
and Boyatzis Social Intelligence and the Biology of Leadership, Harvard
Business Review, september
2008.
[6] Video de clase magistral en el curso “Inspiring Leadership through Emotional
Intelligence”, Coursera, Case Western Reserve University. Cleveland, Ohio.
[7] Denton L. Roberts with Frances Ann Thronson (1997) Find Purpose Find Power: Sing the Song in your Heart. Los Ángeles:
Human Esteem Publishing, pp.66-69.
[8] Ken Blanchard, Thad Lacinak, Chuck Tompkins and Jim
Ballard (2002) ¡Bien Hecho! Bogotá: Grupo Editorial Norma.
[9] Izcaray Fausto (2005) Inteligencia Emocional y Programacion Neurolinguistica (PNL). http://www.planetaholistico.com.ar/Libros/PNL/InteligenciaEmocionalyPNL.pdf http://faustoizcaray.blogspot.com/search?updated-min=2013-01-01T00:00:00-08:00&updated-max=2014-01-01T00:00:00-08:00&max-results=1
No hay comentarios:
Publicar un comentario